Una de vaqueros
En España tendemos a machacar a nuestros artistas en vida, sobre todo si estos muestran caracter, si se muestran diferentes, si estos no se suben al escenario para darse golpecitos en el pecho y agradecer a su madre y "a todos los que estáis ahí debajo que sin vosotros no sería nada". Y la verdad que a éstos no les falta razón, si la gente de ahí abajo no se hubiese dejando unos buenos euros en envios de sms, seguirían siendo unos completos desconocidos, porque precisamente les falta ese caracter por el que criticamos a los que salen por sus propios méritos.
Y todo esto... ¿por qué?, pues porque llevo varias semanas leyendo noticias sobre Bunbury, todas relacionadas con el plagio, donde se le tacha de poco menos que vulgar delincuente. Es así estamos en España, basta con que utilices tres versos de un poema para tirar por tierra el que quizás sea el mejor disco en castellano del año y uno de los mejores videos musicales. Sin embargo adoramos concursos que triunfan a base de canciones de otros y no hacen más que quedarse en el camino de una burda imitación.
Y es que a los grandes artistas las influencias les engrandecen, a los mediocres les ponen en ridículo. Pero aquí los mediocres son simpáticos y los grandes unos pedantes, irritantes y presuntuosos, y Bunbury puede que lo sea, pero también es de justicia decir que es una de las mejores y más características voces de la música, el artísta español más creativo de los últimos 20 años y la viva imagen del rock, uno de los pocos que consigue cambiar el registro en cada uno de sus discos y triunfa en todos ellos, único creando y dando espectáculo, colaborador en incontables ocasiones y podría seguir así...
Pero como he dicho antes, aquí nos quedamos con el presunto plagio, solo hay que leer la entrevista que hizo Carlos Marcos para El País, catorce preguntas de las cuales ocho están encaminadas a hablar de la polémica, tienes a un gran artista con disco nuevo, te concede una entrevista en exclusiva en un hotel de lujo y lo único que se te ocurre es intentar amedrentarlo, me parece lamentable y patético.
Sinceramente, quizás sea de las mejores cosas que le podrían haber pasado al poeta, que Bunbury eliga cantar unos versos suyos, como Serrat nos dió a conocer a Machado. Y quizás en vida no se le aprecie lo que generaciones posteriores tendrán sin su presencia.
6 comentarios:
plas, plas, plas, plas, plas, plas!
me ha gustado mucho leer esto! ^^
buena argumentación, aunque he de reconocer que no sé lo suficiente acerca de Bunbury como para endiosarlo o machacarlo ;P. lo que sí tengo claro es que en España la envidia es la reina de los defectos y nos encanta hundiar al personal...
juer! lo último que oigo! hay que ver como está la gente; como si fuera la primera vez que alguien utiliza versos de otros en sus canciones!!! amos, amos!
No es que éste sea el mejor disco de su carrera, pero para mí Bunbury sigue siendo de lo mejor que tiene la música española en estos momentos (eliminando de la palabra "música" a gentecilla de concursos y demás :P)
De verdad, tontos hay en to's laos! xD
La envidia es muy mala y la ignorancia también.
Saludos.
http://ecuacionesacratas.wordpress.com/
arrea, pero menuda entrevista a degüello, no¿?
ya te digo... yo no sé ni como publicaron eso, si la entrevista no vale nada
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